La edad cronológica no necesariamente se evidencia en la piel de una persona. Es por esta razón que factores como el cigarrillo, el alcohol y el maquillaje puedan favorecer a que una persona joven se vea mayor por el desgaste de su piel.
Para prevenir que estos factores externos afecten la piel, es importante que los pacientes tengan una rutina de cuidado facial que incluya limpieza diaria, exfoliación, tratamientos humectantes y protección solar.
La piel vive diferentes etapas determinadas por las edades de la vida de una persona. Por ejemplo, los años de la adolescencia entre 15 y 20 son una época durante la cual el cuerpo experimenta cambios hormonales como el brillo, el acné y las espinillas.
Posteriormente, después de los 20 años la piel pasa por unos de sus mejores momentos pues el acné adolescente desaparece y la piel se torna suave, tersa y radiante. Es importante que en esta etapa las personas desarrollen hábitos de belleza saludables.
Después de los 40 años el metabolismo se vuelve más lento y pesado por lo cual la piel se empieza a ver afectada por los hábitos alimenticios y el sol. En este momento es apropiado usar tratamientos antiedad para tratar las líneas de expresión, las manchas y las arrugas.
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