Con la edad y el paso de los años la piel tiende a perder brillo, nutrientes y vitaminas. Para tratar estos efectos la medicina moderna ofrece varias alternativas anti-age que ayudan a controlar y retardar el envejecimiento.
Lo más importante en los tratamientos anti-age es el control de los procesos de oxidación que hacen que el cuerpo pierda fuerza y vitalidad.
Este tipo de tratamientos ayudan a controlar los procesos de envejecimiento y tienen resultados duraderos pues además de restaurar se enfocan en prevenir.
Los pacientes ideales están entre los 25 y 35 años. Primero se debe determinar el tipo de piel específico del paciente para encontrar el tratamiento ideal.
Este tipo de alternativas se basan en una rutina diaria de cuidado que implican el uso de cremas, fármacos, antioxidantes, una alimentación sana, peelings faciales para eliminar manchas, lifting para atenuar líneas de expresión y arrugas.
La idea final es procurar el bienestar facial por medio de cada acción diaria que tenemos, para llegar a una buena calidad de vida y una piel limpia, tonificada e hidratada.
Algunos de los padecimientos faciales más communes son el fotoenvejecimiento, la hiperpigmentación, el hipotonismo, las cicatrices y el acne. Y para tratarlos la medicina facial anti-age ofrece alternativas como estimulación facial, masaje cosmetológico, depilación progresiva, peeling y drenaje linfático entre otros.
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