Con
el paso de los años nuestra piel y nuestro cuerpo pierde elasticidad, vitaminas
y aparecen las arrugas. Por estos motivos es necesario complementar nuestra
rutina de belleza con tratamientos de nutrición e hidratación facial para
añadir agua, colágeno y elastina.
La
nutrición e hidratación facial piel es la mejor alternativa para mantenerla
joven, suave y flexible por más tiempo. Este resultado se consigue con el uso de
productos especializados y aparatos de última tecnología.
La nutrición
e hidratación facial se puede definir como una técnica estética, donde por
medio de mascarillas y cremas el experto dará un aporte de líquidos a la
epidermis y dermis superficial para garantizar su buen estado.
Los
procedimientos de nutrición e hidratación facial duran aproximadamente 20
minutos y se realizan dependiendo del tipo de piel, de la edad y del estado de
la piel. Su efecto ayuda a eliminar células muertas e impurezas, gracias a
jabones, aceites, leches, geles y cremas.
Algunas
técnicas complementarias son la vaporización con ozono, el brossage,
pulverizador, las microcorrientes de alta frecuencia y la ionización.
En
aquellas personas que tienen la piel seca, por cualquier motivo, la edad, el
sol, el uso de productos faciales secantes, ya que la hidratación aporta agua y
nutrientes a la piel que la ayudan a repararse más fácilmente.
La
nutrición e hidratación facial se recomienda al menos 4 veces por semana para lucir
una piel suave, sin resequedad ni arrugas. Después de la hidratación con los
productos recomendados por el especialista se debe aplicar una ampolla
antioxidante y tensora que alivia la piel.
Dentro
de las ventajas de los tratamientos de nutrición e hidratación facial podemos
citar la prevención del envejecimiento prematuro, mejora la piel por post-operatorios
en cirugías estéticas y reduce quemaduras solares.
En
cuanto a los efectos secundarios, se pueden presentar reacciones alérgicas en
pacientes con pieles muy sensibles.
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